domingo, 21 de diciembre de 2014
ni MÁS DE LO MISMO ni UNICORNIOS FOSFORITO
jueves, 11 de diciembre de 2014
¡¡¡Y con música!!! Sam Cooke
Hoy hace 40 años que asesinaron a Sam Cooke. Referente de la
música soul, tenía sólo 33 años cuando le quitaron la vida. A pesar de esa juventud, ya nos había dejado grandes temas. Entre ellos, una inmortal cancionaza: “Wonderful world”.
La mítica escena de Único testigo ayudó de nuevo a popularizarla. "Qué hacéis aquí", les preguntaba aquel amish a los personajes de Kelly McGillis y Harrison Ford. "¡¡¡Y con música!!!", les increpó.
La mítica escena de Único testigo ayudó de nuevo a popularizarla. "Qué hacéis aquí", les preguntaba aquel amish a los personajes de Kelly McGillis y Harrison Ford. "¡¡¡Y con música!!!", les increpó.
Pues eso. "¡¡¡Y con música!!!". Esa música que contribuye a silenciar ataduras, barreras y cerrazón.
lunes, 17 de noviembre de 2014
#símeimportael9N
Plaza Mayor de Salamanca, 8-11-2014: #símeimportael9N (acto en defensa de la ciudadanía común, tal y como el otro día intentábamos explicar).
jueves, 6 de noviembre de 2014
Se puede engañar más alto, pero no más burdo
“Se han producido
algunas cosas que no nos gustan”, dijo Rajoy hace unos días. “Unas pocas
cosas”, insistió. Cuando el
presidente del Gobierno hizo estas declaraciones, estaba aludiendo y eludiendo:
aludía a la corrupción, y eludía el nombrarla.
Son los usos y costumbres propios de Rajoy, porque son
los usos y costumbres que caracterizan al
establishment que nos gobierna desde
hace más de tres décadas. No llamar a las cosas por su nombre es una
vomitiva práctica que ha manoseado sin pudor el reinante bipartidismo.
Cuando Rajoy apunta que “se han producido algunas
cosas que no nos gustan”, no sólo aflora
el eufemismo (“algunas cosas”, “unas pocas cosas”). Aflora también la pasiva refleja (“se han producido”), que quizá
resulte más perversa. A través de esa pasiva refleja, Rajoy pretende escurrir
todo el bochornoso bulto. Esa pasiva refleja evita la contaminación, burla la
suciedad… y enmascara los hechos.
Rajoy podría haber planteado:
“El PP y el PSOE hemos sentado los cimientos desde hace muchos años, para que
la corrupción campe a sus anchas”. Esa frase sería
nítida, clarificadora y veraz. Sin embargo, Rajoy escogió otro camino.
La engañifa no sólo surge por esquivar la
palabra corrupción. Decir que “se han producido cosas” es sugerir que han brotado por azar y generación
espontánea. Decir que “se han producido cosas” es sugerir que estamos ante algo que tiene vida propia, sin causas ni causantes.
Cuando Rajoy nos lanza la milonga de que “se
han producido cosas”, nos invita a pensar que estamos ante una especie de fenómeno atmosférico, ante el que no cabe pedir
responsabilidad alguna. Por eso es una trampa. Una más dentro del
sonrojante currículum que viene protagonizando el duopolio PPSOE.
El poeta y ensayista Paul Valéry advirtió que “la sintaxis es un valor moral”. Salvadas
las excepciones que corresponda salvar, entiendo que estaba en lo cierto. En el
lenguaje político, la fórmula lingüística elegida suele encarnar una opción
ética. Una forma de entender la convivencia. Una manera de afrontar el
ejercicio democrático.
Rajoy es ese político pasivo y sin reflejos, que recurre a la embaucadora pasiva refleja
que ha sido reseñada. Rajoy es el mismo que ya se negó a utilizar la palabra “rescate”; y es el mismo que, ante el
vertido del Prestige, señaló: “Salen
cuatro pequeños hilitos con aspecto de plastilina en estiramiento vertical”.
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artículo también difundido/publicado en esRadio y Tribuna de Salamanca (4 y 5 de noviembre de 2014).
martes, 4 de noviembre de 2014
Ante el 9N, defensa de la ciudadanía común
Libres
e Iguales es una plataforma cívica que agrupa a personas de sensibilidades e idearios diversos, pero que comparten ciertos principios constitucionales.
Esta asociación realiza un llamamiento en defensa de la ciudadanía común, y frente a la agresión a la democracia que pretende llevar a cabo la Generalitat de Cataluña.
La convocatoria tendrá lugar en toda España, el mismo día y a la misma hora: el próximo 8 de noviembre, a las 12´00 horas. Para quienes estén en Salamanca y deseen acudir, la Plaza
Mayor (frente a la fachada
del Ayuntamiento) será el punto de encuentro.
Coda 1: La defensa de la ciudadanía (y todas las connotaciones
democráticas que ello conlleva) ha estado muchas veces presente en este blog. A
modo de ejemplo, este reciente post que se ocupaba del último libro de Savater.
Coda 2: Precisamente, Fernando Savater estará en San Sebastián para participar en el acto #símeimportael9N, y dar lectura al correspondiente texto. La misma labor que también desempeñaremos otras personas a lo largo de toda la geografía española.
Coda 2: Precisamente, Fernando Savater estará en San Sebastián para participar en el acto #símeimportael9N, y dar lectura al correspondiente texto. La misma labor que también desempeñaremos otras personas a lo largo de toda la geografía española.
jueves, 23 de octubre de 2014
He visto cosas que vosotros no votaríais
"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves
en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad, cerca de
la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como
lágrimas en la lluvia. Es hora de morir". Es el mítico monólogo de la película Blade Runner. El monólogo final del replicante.
En la vida política que nos envuelve, todas las semanas vemos cosas que también cuesta creer, aunque más cuesta
ignorarlas. Tanto por razones democráticas, como por razones económicas, la
indiferencia siempre conlleva mayor coste.
He visto
cosas que vosotros no votaríais. Saquear cajas de
ahorros más allá del Banco de España, y más acá de esa okupación partidista de las mismas. He visto consejeros en llamas hacerse las víctimas, cuando les han
pillado con el carrito de las black.
He visto tarjetas-B brillar en la
oscuridad (quizá por ser tan opacas), cerca de la puerta de Génovahäuser, y próximas a la puerta de Ferrazhäuser. Todas estas abyectas
sinvergonzonerías espero que no se pierdan en el recuerdo como lágrimas en la
lluvia. Es hora de votar. De votar
para botarles. De votar para botar… a
tanto replicante sin escrúpulos, que harían sonrojar a todo Orión.
He visto
cosas que vosotros no votaríais. El lunes 20 de octubre, sin ir más lejos, Cospedal nos aseguró que el PP tomará una decisión sobre Rato “dentro
del ámbito de la rapidez”. Qué hermosura: “Dentro del ámbito de la
rapidez”. Creíamos que Cospedal no podría superarse. Creíamos que aquello de
“la indemnización en diferido” para Bárcenas difícilmente podría igualarse.
Pero no. Cospedal es al lenguaje
tramposo, como Usain Bolt al atletismo. Cospedal siempre puede sorprenderte
con un hallazgo. Siempre puede deslumbrarte con un requiebro que se convierta
en una nueva plusmarca.
He visto
cosas que vosotros no votaríais. Ese mismo lunes, sin ir más cerca, escribía Esperanza Aguirre
un asombroso artículo en Abc. Un artículo sobre las tarjetas opacas de Caja
Madrid. Aguirre, con todo su cuajo,
hablaba de las Cajas como si ella fuese una alienígena que de repente ha
llegado a la tierra, y se entera de esas sucias tropelías que se han practicado
en los Consejos de Administración. Hablaba como si ella nunca hubiera peleado
por colocar a su candidato al frente de
la Caja. Hablaba como si ella no perteneciera a uno de esos partidos que han
entrado en las Cajas… hasta quebrarlas.
He visto
cosas que vosotros no votaríais. He visto a palmeros
gubernamentales, decir que todo lo que se va sabiendo sobre tarjetas y
consejeros… se debe a la heroica acción del Gobierno. Y he visto a Blesa (el amiguito de Aznar) plantear
que Mapfre pague su fianza.
He visto
cosas que vosotros no votaríais. Y me fascina observar que el
PP, el PSOE e IU se rasgan ahora las vestiduras… después de haber ido colocando
a su gente en los correspondientes cenáculos de las Cajas. Seguimos a la
espera de que Pedro Sánchez llame a Sálvame para explicarnos cuál fue su papel
como miembro de la Asamblea de Caja Madrid, entre 2004 y 2009. En todos esos
años, ¿vigiló, supervisó, controló, fiscalizó… algún desmán de cuantos por allí
afloraban? Y si no es así, ¿para qué servía ser insigne miembro de esa
Asamblea?
Todos hemos podido ver cosas. Por cierto. El alcalde de Salamanca, además de alcalde, es también presidente del
Comité Nacional de Derechos y Garantías del PP. Ese órgano que deberá
decidir (algún día) sobre Rato y el resto de militantes que dispusieron de
tarjetas opacas.
El PP es un partido en el que Bárcenas llevó las finanzas
durante casi tres décadas. Es decir, no es un partido que se caracterice por
los pulidos controles internos ni por la minuciosa exigencia de responsabilidades. De modo que
(aparte de triquiñuelas y juegos florales) nada cabe esperar a ese respecto. Ahora bien. A estas alturas… importan mucho las bajezas. Y más allá de lo que
el PP haga y deje de hacer, lo ineludible
es que los responsables del ingente desfalco devuelvan el dinero, y rindan
cuentas ante la justicia.
Hay un partido que desde su nacimiento se opuso a la colonización
partidista de las Cajas. Un partido que, habiendo tenido ocasión de participar
en los CAJAmanejes, renunció a esa
infección. Un partido cuyas acciones judiciales (entre otras la querella Bankia y la querella preferentes) posibilitan la
expectativa de que este saqueo… no salga gratis a los saqueadores. Ese partido, le pese a quien le pese, se
llama UPyD.
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artículo difundido/publicado en esRadio y Tribuna de Salamanca (21 y 22 de octubre de 2014).
martes, 7 de octubre de 2014
Defensa de la ciudadanía
Sabido
es: no es lo mismo tener apéndice que
padecer apendicitis. Esa gráfica distinción la expuso hace años Julián Marías, para explicar que uno
puede pertenecer a una nación, sin que por ello tenga que ser nacionalista.
Décadas
después sigue siendo necesario realizar esas clarificaciones. El pasado domingo vi a un señor haciendo
una entrevista desde un sofá televisivo. Ese entrevistador pasó a
considerar “facha” el defender la igualdad de derechos y libertades de todos los
españoles. Los nacionalistas (y los que creyendo no serlo reproducen las mismas
milongas del nacionalismo) son muy rápidos enarbolando el espantajo del
“facherío” o considerando “nacionalistas españoles” a cualquiera que no esté
entre sus huestes.
A
la vista de toda esa educación para la identidad que por
tantos altavoces se difunde, quizá sería
higiénico contemplar algún apunte:
1. Defender la integridad de un Estado no
equivale a ser nacionalista. Algunos no queremos levantar fronteras; algunos
no deseamos que se fragmente la ciudadanía; algunos rechazamos esa pretensión
de convertir en extranjeros a nuestros conciudadanos; algunos pretendemos
salvaguardar y mejorar el Estado de Derecho, como mejor anclaje en el que poder
desenvolver nuestra ciudadanía. Guste más, guste menos, lo dicho nada tiene que
ver con las habituales ínfulas del nacionalismo.
2. El nacionalismo diseña una identidad
como hegemónica. El nacionalismo ensalza (y si tiene ocasión, impone) una
modelada identidad que erige en prioritaria. Por eso el franquismo era nacionalista: porque pretendía instaurar un modo de ser español. Un modo de ser a
la medida de las fantasmagorías franquistas. Es la misma lógica (la misma y triste lógica) que hoy siguen empleando
otros nacionalismos: instaurar un patrón
para ser catalán, para ser vasco, para ser… lo que corresponda.
3. El auténtico concepto de ciudadanía no
va circunscrito a lo identitario. El auténtico concepto de ciudadanía no
está subordinado a un condicionante de tipo étnico, cultural, religioso,
ideológico, racial… No. No se es
ciudadano de 1ª o de 2ª en función de ajustarse mucho, poco o nada al molde
predeterminado. No se es un buen
o mal ciudadano por el hecho de
cumplir con el pack que configuran los ingenieros de las esencias.
4. Las identidades que cada cual elija no
han de sumar ni restar a nuestra condición de ciudadanos. Esas identidades
deberán ser voluntarias, autónomas, opcionales. No impuestas. No asignadas.
Dicho de otra forma: las identidades no
son un salvoconducto para poder ser ciudadano; sino que somos ciudadanos, y
como opción individual y libre cada cual elegirá sumarse a las identidades que
desee.
Fernando Savater, el gran Fernando Savater, acaba de
publicar su último libro: una espléndida Defensa de la ciudadanía.
Ciertamente, hace mucha falta defender la idea de ciudadanía (tan sustancial al
ejercicio democrático), y distinguirla de esas abstracciones o entelequias tan al uso: “el pueblo”, “la calle”, “la costumbre”, “la tradición”, “los derechos históricos”, "los derechos de los territorios", etc, etc.
La ciudadanía son los
derechos, deberes y garantías que nos corresponden… a las personas. Y eso no está supeditado a ser nativo de ni creyente en. Ser ciudadano no depende de tener apellidos adscritos
a determinada raigambre, ni depende del color de piel, ni de la orientación
sexual, ni de la fe que se profese, ni del mayor o menor aprecio que se le
tenga al paisaje que te envuelve.
No nos dejemos embaucar
cuando el nacionalismo disfrace sus pretensiones en el amor
(el amor a la tierra, a la cultura, a la lengua… y todo el blablablá
correspondiente). Hace 30 años, y con la misma lucidez que en la actualidad,
Savater ya nos advertía: “Del
sentimiento de amor al propio terruño no se deriva forzosamente la ideología
nacionalista, del mismo que el incesto no es una consecuencia inevitable del
amor filial” (Contra las patrias, 1984).
Pues
eso. No es lo mismo el apéndice que
la apendicitis. No es lo mismo el amor filial que el incesto. No es lo mismo la ciudadanía
que la identidad. Y por supuesto (permítanme la primicia), no es lo
mismo escuchar a Oriol Junqueras…
que aprender con Savater.
---
artículo publicado en Tribuna de Salamanca, 8-10-2014.
viernes, 26 de septiembre de 2014
Mi país se corrompe lo normal
Algunos estudiosos
indican que la corrupción que se vive en España es equiparable a la de otros
países de su entorno.
Vienen a decir que si nos pusiéramos a comparar cifras, índices, variables y
estadísticas, observaríamos un nivel “normal” de corrupción.
A mí me cuesta comprender este tipo de afirmaciones. No estoy
diciendo que quienes realizan ese diagnóstico estén justificando la corrupción.
Tan sólo muestro mi perplejidad, puesto que medir la cantidad de corrupción
no nos lleva al meollo del asunto.
Por una parte, porque la
cantidad de corrupción detectada
no nos clarifica la corrupción inadvertida. Pasa algo
parecido a lo que sucede con el narcotráfico: los alijos de droga requisados no son el todo de la mercancía entrante.
Pero a su vez, convendrá subrayar que lo prioritario no es lo cuantitativo (cuánta corrupción aflora), sino lo cualitativo (si funcionan o no los contrapesos democráticos que permiten detectar esa corrupción; y qué respuesta institucional y electoral se le brinda a la corrupción, una vez que ésta ha aflorado).
Pero a su vez, convendrá subrayar que lo prioritario no es lo cuantitativo (cuánta corrupción aflora), sino lo cualitativo (si funcionan o no los contrapesos democráticos que permiten detectar esa corrupción; y qué respuesta institucional y electoral se le brinda a la corrupción, una vez que ésta ha aflorado).
Dicho de otra forma. Dado que lo peor no es la corrupción,
sino su impunidad, la mayor alarma debiera brotar cuando constatemos (a) impunidad de origen, (b) impunidad penal y (c)
impunidad en las urnas:
(a) si en un país han sido erosionados
los mecanismos de control y vigilancia (los clásicos checks and balances que caracterizan a toda democracia que se
precie), habrá un
porcentaje alto de corrupción que ni siquiera llega a visualizarse;
(b) si en un país la corrupción acaba
saliendo gratis desde el punto de vista judicial, eso denotará el correspondiente deterioro
de las instituciones, eso denotará que falla la división de Poderes, eso
volverá a denotar, en definitiva, el mal funcionamiento del Estado de Derecho;
(c) si en un país la corrupción es votada
en las elecciones, eso evidenciará que parte de la ciudadanía ha querido hacerse cómplice de tales
manejos. La culpabilidad no será la misma, pero la responsabilidad (en tanto
que ciudadanos) nos alcanza a todos.
En consecuencia, cabe
desmontar esa supuesta “normalidad” que algunos atisban. Aunque el número de casos de
corrupción estuviera en parámetros “normales” (entre comillas); no puede ser “normal”
la existencia de agujeros negros en los que la corrupción resulte inescrutable;
y no puede ser “normal” que la corrupción resulte impune en los tribunales; y no
puede ser “normal” que la corrupción sea amparada por el partido en el que
surgió; y no puede ser “normal” que la corrupción sea votada con el bochornoso
alborozo que ha venido votándose. Esos
fenómenos paranormales de la política
han sucedido, desde luego, en España.
Hace unos años, Miguel
Lorente publicó un libro que lleva por título Mi marido me pega lo normal.
El título refleja ese testimonio de tantas y tantas mujeres que por desgracia
habían asumido el maltrato como algo natural y comprensible.
Igual que toca seguir
dando la batalla para que nunca (en modo alguno y bajo ninguna
circunstancia) pueda percibirse con “normalidad” la violencia machista; también
toca seguir dando esa otra batalla referida a la corrupción.
Frente a la idea de que “mi país se corrompe lo normal” (y “la
democracia se desmorona sin excesos”; y “el Estado de Derecho se derrumba… pero
poco”), frente a esas tristes renuncias,
también cabe algo más que dejadez, pasividad e indiferencia.
***
artículo difundido/publicado en esRadio y Tribuna de Salamanca (23 y 24 de septiembre de 2014).
domingo, 14 de septiembre de 2014
Libre te quiero
Está escrito, en el pasado, por García Calvo. Está olvidado, en el presente, tantas y tantas veces.
La música popularizó hace años esta letra. Su mensaje, vigente siempre, sigue estando a menudo en el olvido: en muchas partes del mundo, y en nuestra sociedad más cercana.
Quien no te quiere libre, en modo alguno te está queriendo. Tan obvio... como obviado.
miércoles, 16 de julio de 2014
Borja, lo entiendo. Sé fuerte
El coronel carecía de correspondencia, nos enseñó García Márquez. Pero Bárcenas sí tuvo quien le
escribiese, y además con sobrado cariño: “Luis,
lo entiendo. Sé fuerte. Mañana te llamaré”. El Cyrano de Bergerac que estaba al otro lado del SMS se llama Mariano
Rajoy, ¡¡¡y sigue siendo presidente
del Gobierno!!!
El alcalde de Brunete ha intentado sobornar a una concejala de UPyD:
María Isabel Cotrina. La concejala resistió a ello y ha puesto las pruebas
encima de la mesa. Horas de grabación en las que se puede escuchar, con
minucioso detalle, la abyección de un alcalde. Pues bien, ¡¡¡el insigne Borja Gutierrez sigue siendo alcalde de Brunete; y su
heroico partido prosigue mirando para otro lado!!!
La corrupción es mala, sí. Pero la impunidad es aún peor.
Sabemos que en España existe la primera (corrupción), y también hemos podido
verificar que ha existido la segunda (impunidad). Lo ocurrido en Brunete nos evidencia que incluso puede darse un tercer
estadio de degeneración.
El alcalde de Brunete negó los
hechos. Salió a decir que las grabaciones sólo reproducían fragmentos parciales
y descontextualizados. Y cuando se encontró con el audio
íntegro, cuando se topó con la innegable obviedad, decidió cambiar de
estrategia. Es el momento en el que el
pillado simula sentirse muy orgullosito de su pillaje, e intenta enmascarar su
maloliente pillada. De ahí el presentarse como un sacrificado alcalde, que
tras hacerlo todo por el bienestar “del pueblo” (cómo dudarlo), resulta
que se encuentra con esos ingratos y malísimos que no saben comprenderle.
Desde luego, qué ingratitud. Una
edila que no supo valorar la invitación de ese
dadivoso alcalde, tan preocupado él
por la vecindad y el interés general: “Quiero
que estés con nosotros. Y si tengo que hacer esfuerzos para convencerte, pues
los hago: del tipo que sea, del tipo que sea”, reitera el esforzado
alcalde. El susodicho apela a “las salidas profesionales” que recaerían sobre la
concejala, e insiste en que esa ventajosa oferta no sólo es para ella (a título
individual), sino también “para quien tú quisieras”. Y así, sin despeinarse, el generoso alcalde va incorporando
sucesivas prebendas y regalías, a las que añade las coletillas de que “eso
es lo más sencillo”, “eso es lo más fácil”, “eso es peccata minuta”. Desde
luego, queda claro en la grabación que a Borja Gutierrez no le incomoda ser altruista… con lo que no es suyo.
Pobrecillo. Tan incomprendido
como que UPyD le ha puesto una denuncia por presuntos delitos de cohecho,
prevaricación, tráfico de influencias, coacción y amenazas. Eso sí, el incomprendido regidor sí ha encontrado
la entusiasta comprensión del PP. Ese PP que dice estar muy comprometido en
la lucha contra la corrupción, y que de momento (en un sin par rapto de coraje) ha decidido reflexionar sobre el
tema. ¡¡¡Guau!!!
El PP (con Esperanza Aguirre e
Ignacio González en papel estelar) ha suministrado un nuevo mensaje: “Borja, lo entendemos. Sé fuerte. Mañana te llamaremos. Entretanto, seguiremos mareando la perdiz”.
***
Coda 1: Al comienzo, aludía al memorable SMS de Rajoy. El Cyrano de
Compostela se dirigía de esa forma a Bárcenas, 48 horas después de conocerse
que el preboste tesorero reunía en Suiza unos ahorrillos... tan descomunales como
inexplicables. Pues bien. Un
año después de conocerse esa información a través de El Mundo, Rajoy sigue
siendo presidente del Gobierno; y quien era director de ese diario, Pedro J. Ramírez, está ya destituido.
Coda 2: El alcalde de
Salamanca es también presidente del Comité Nacional de Derechos y Garantías del
PP. ¿Entrará dentro de sus competencias algún ejemplar veredicto sobre su homólogo de Brunete? Aysss.
Aguardo con expectación.
---
artículo también publicado (16-7-2014) en el blog personal de Tribuna de Salamanca.
miércoles, 21 de mayo de 2014
No es un pacto de Estado. Es un pacto para estar y seguir estando
“AtrincheraMIENTO”, del verbo “atrincheraMENTIR”. Verbo que
aglutinaría fortificación y engaño, trinchera y ocultación… para seguir
salvaguardando el blindaje: “Yo atrincheraMIENTO”, “tú atrincheraMIENTES”, “él
atrincheraMIENTE”, “nosotros atrincheraMENTIMOS”… Ahí está el presente de
indicativo que conjugan con devoción los PP-PSOE. A veces verbalizan en voz alta la
gran coalición; y en ocasiones la callan,
la enmascaran o la niegan. Pero desde
hace muchos años vienen forjando su particular ciudadela.
La monserga bipartita ha
trabajado sin descanso por edificar un fortín del que ambos resulten inexpugnables. No van ahora a flaquear. Seguirán
afianzando su simbiosis partidista, puesto que sus recíprocos
intereses de partido son los lazos que más y mejor les unen.
Si esas premisas han configurado la auténtica agenda de ambos
partidazos, cuando han olisqueado
amenazas, el fétido colaboracionismo se ha estrechado más aún, y más que puede
seguir estrechándose… a pesar de las retóricas negativas que formulen de cara a
la galería. El duunvirato sabe muy bien
que con las cosas de mandar (ligadas a las cosas de comer) no se juega.
Por cierto, quede claro: no
es lo mismo un pacto de Estado, que pactar para estar, que pactar para seguir
estando, que pactar para seguir siendo. Porque de eso hablamos: de supervivencia. Dentro de la escala de
valores que manosea el duopolio, su supervivencia resulta bien prioritaria
frente al interés general y frente a la mejora de nuestra deteriorada
democracia.
La pasada semana, en su comentario matinal, Iñaki Gabilondo analizaba si PP y PSOE eran
o no lo mismo. Concluía que entre ellos existen “distintos decires”, pero “muy
parecidos haceres”. El diagnóstico no es que pueda parecer atinado. El
diagnóstico puede, sin más, corroborarse. Donde yo sí discreparía con el
periodista es en la ubicación de la causa. Gabilondo apuntaba que esas
similitudes bipartidistas se habían generado a raíz del triunfo del “neoliberalismo”.
No. No es cuestión de “neoliberalismo” ni de más o menos
“doctrina Merkel” (a la que también aludía Gabilondo en su reflexión). Todo ello puede entrar dentro de
las diferencias que escenifican y
simulan los PP-PSOE. Pero siguen siendo “decires” que no explican los
compartidos “haceres”.
Si PP y PSOE se siguen
repartiendo el CGPJ,
no es por culpa del neoliberalismo. Es porque así lo han querido los dos
partidos mayoritarios, tratando de atemperar los riesgos que para ellos
conllevaría una Justicia independiente. No sé si alguna vez creyeron en la
división de poderes, pero lo constatable es que le han cogido afición a
pisotear una norma imprescindible en cualquier Estado de Derecho que se precie.
Si PP y PSOE copan con
sus afines los órganos de supervisión, control y vigilancia (desde el Tribunal Constitucional
hasta el Tribunal de Cuentas, pasando por la CNMV… y cuanto se vaya terciando
en su camino), no es por culpa del neoliberalismo. Es porque así lo han querido
los dos partidos mayoritarios, pretendiendo desnaturalizar la labor encomendada
a esas instituciones.
Si PP y PSOE han
deseado amarrar una ley electoral injusta (donde el voto de las personas no vale lo mismo), no
es por culpa del neoliberalismo. Es porque así lo han querido los dos partidos
mayoritarios, empecinados en seguir siéndolo, a pesar de que esa ley electoral
atente contra uno de los más básicos principios democráticos. [Por no hablar de
los papelones colaboracionistas de IU. Están en el Gobierno de Andalucía, incluso
en la vicepresidencia, y resulta que el sillón les ha hecho olvidar la reforma
electoral: una demanda que decían tener clara].
Y así podríamos seguir
enumerando temas y temas en los que PP y PSOE han venido
caminando de la mano: desde el asalto y desfalco de las Cajas de Ahorro, hasta el existente
desparrame de aforados, o las
cómplices componendas ante la corrupción
(el bochornoso debate televisivo entre Cañete y Valenciano fue la penúltima
evidencia de cómo en este asunto, como en tantos otros, PP y PSOE se guardan
mutuamente la ropa).
Todos estos destrozos no han ocurrido al azar. La amalgama de
estropicios se viene sucediendo porque la gran coalición no es un futurible.
Es un auténtico presente (que viene
arrastrándose desde el pasado), y que busca seguir recolectando frutos en el
futuro. Ésa es la gran coalición: ambiciona seguir apuntalando el
privilegio, ansía seguir guareciendo el inmovilismo, anhela seguir fosilizando
sus regalías, y aspira a seguir atrincherando al establishment.
Insisto: no es un pacto
de Estado. Es un pacto para estar. Es un pacto de supervivencia. Es un pacto para perennizarse.
Es un pacto para seguir estando… y seguir siendo.
Coda 1: La transparencia es requisito imprescindible para combatir la
corrupción. Pues bien, Transparencia
Internacional acaba de publicar su análisis sobre lo transparentes que
son las distintas fuerzas políticas. UPyD
consigue el único sobresaliente del estudio. A mucha distancia se sitúan los aprobados de IU y ERC; y
a partir de ahí, la larga lista de suspensos: PP (4´5), Equo (4´5),
Convergència (3´5), PSOE (3), Ciudadanos (3), PNV (2´5), Unió (2´5) y Coalición
Canaria (1´5).
Coda 2: Transparencia Internacional analiza si los partidos permiten el
acceso a indicadores que son decisivos a
la hora de calibrar esa mayor o menor transparencia: cuentas anuales;
desglose de los gastos, ingresos y bienes patrimoniales; informe de
fiscalización por parte del Tribunal de Cuentas; presupuestos anuales y
liquidación presupuestaria; datos sobre entidades vinculadas al partido
(fundaciones, asociaciones…); procesados por corrupción en las listas
electorales; gastos electorales; currículum de los candidatos incluidos en las
listas… Quien desee más información al respecto puede acercarse a estos enlaces:
http://bit.ly/1p2vqRG ; http://bit.ly/1gvawuG
***
artículo también publicado en el blog personal de Tribuna de Salamanca (21-5-2014).
viernes, 2 de mayo de 2014
Crear es quitar cuanto sobra
El David estaba dentro. Aguardaba escondido en el bloque de
mármol, esperando a que alguien lo rescatase. Y en ésas que llegó Miguel Ángel.
Llegó con su cincel, su martillo y su talento. Y golpe aquí, golpe allá, se puso
a quitar cuanto sobraba… en busca de su empeño.
Por eso crear es quitar cuanto sobra. Y por eso crear es un
proceso de búsqueda. Independientemente de la disciplina artística-cultural
ante la que nos encontremos, eso es crear: quitar la maleza que esconde el
hallazgo, quitar lo sobrante buscando el acierto.
El guionista cinematográfico, el redactor publicitario, el
periodista, el dramaturgo, el novelista, el ensayista, el poeta… se peleará por
cada palabra, tratando de acertar con aquella que corresponde. Y si Juan Ramón
Jiménez apelaba a la “intelijencia” (con jota) para q le diese “el nombre
exacto de las cosas”, Caballero Bonald describió, certero, esa estimulante y
fatigosa lucha: “me he dejado la salud en busca de un adjetivo”.
Si esto ocurre con el lenguaje (desechar y desechar en ese
inmenso mármol del idioma, desechar y
desechar ante esas infinitas posibilidades de combinar cada vocablo), así
ocurre también con el resto de lenguajes:
el musical, el de las artes plásticas, el de las artes escénicas…
No siempre el arte reproduce lo visible. Más bien, como nos
advirtió Paul Klee, “hace visible lo que no lo era”. Y este propósito no cabe
circunscribirlo al sentido de la vista: habrá disciplinas que permitan visualizar aquello que estaba pasando inadvertido, como habrá disciplinas que hagan
audible algo que trasciende a los sonidos. Y así, sucesivamente,
con todo el abanico de percepciones, y con el conjunto de actividades artísticas, intelectuales, creativas... y creadoras.
Como no podía ser de otro modo, también la Restauración
asume esos afanes. También la Restauración se propone quitar cuanto sobra (para
restituir lo que existía); y también la restauración asume ese proceso de
búsqueda (para sacar a la luz aquello que el deterioro o la negligencia habían
ocultado).
Mi felicitación y bienvenida a La Restauroteca: adelante, adelante, adelante.
¡¡¡Todo lo mejor!!!
viernes, 18 de abril de 2014
POSTUREOshment y aforamiento
El postureo es simulación, pose, paripé.
El postureo es apariencia vacía de
contenido, escaparate carente de trastienda. El postureo es doble rasero, y
doble vara de medir, y doble oropel de artificio. El postureo es relumbrón que
se afogona en el análisis. El postureo es simulacro que se contradice en cuanto
asoman otras verificables constataciones.
La política contemporánea no anda escasa de postureo. En ninguna
época ha faltado, pero desde luego que la política actual (tan ligada al foco
mediático) no escatima las dosis postureras.
Pongamos un reciente ejemplo, y juzgue cada cual.
El reciente 14 de abril, desde su perfil de Twitter, el
diputado Ricardo Sixto difundía una foto. Perteneciente al grupo parlamentario de IU, Sixto aparecía en el Congreso, sonriente y ufano junto a la bandera tricolor. Todo era, por
entendernos, como de fíjate qué transgresor
y rebeldote soy; fíjate cuántos aires
revolucionarios encierra cada pixel; fíjate
cómo molo mogollón, y cuánta repanocha que desprendo.
Ok. Estupendo. Pero veamos ahora a
Ricardo Sixto, desde la misma tribuna de oradores, ejercitándose en otro lance. Corría junio de 2013, y UPyD había llevado al
Congreso una iniciativa para acabar con el desaforado
desmán de aforados.
En España hay 10.000. 10.000
aforados frente a los pocos (o ninguno) que existen en otras democracias. Ante la propuesta de UPyD para acabar con
ese desbarre, el resto de fuerzas políticas responde al unísono. Ha pasado
más de una vez: UPyD realiza una propuesta, y el conjunto del establishment
hace piña (sin colar), colando sus descalificaciones y exabruptos.
Observen el vídeo que se adjunta. Observen a nacionalistas y a PP, PSOE e IU
(representada por el reseñado Ricardo Sixto) caminar juntitos por la senda del privilegio. Todos a una proclaman
las virtudes de esa figura ancestral que se llama aforamiento; todos a una
aceptan el desmedido abuso que existe en España de tal figura; y todos a una (as usual) pretenden desprestigiar a
quien hace la propuesta de combatir ese delirio.
Coda 1: El pasado domingo, El
País publicaba un reportaje sobre el tema: “Aforados, la excepción española”. Es una pena que El País no
se haya enterado (o no haya querido enterarse) de la otra gran excepcionalidad que confluye en este tema: la existencia
de una fuerza política que viene denunciando este desatino desde 2013.
Coda 2: Aparte de ignorar a
UPyD (algo que también han hecho otros medios cuando han abordado el tema),
El
País adjuntaba un artículo cuyo autor plagiaba a Rodrigo Tena, tal y
como el propio plagiado evidencia en este clarificador post publicado en ¿Hay Derecho?
Coda 3: Acierta Rodrigo Tena al vislumbrar el neologismo del
“espablishment”. Es decir, espabiladetes del establishment, espabiladetes que
alimentan a (y se retroalimentan de) un decadente statu quo. Todo ello no queda al margen de lo apuntado en el
arranque de este texto. Al fin y al cabo, el
postureo es perejil que aliña esas grimosas salsas.
***
artículo también publicado en el blog personal de Tribuna de Salamanca (16-4-2014).
domingo, 23 de marzo de 2014
Suárez lo intentó. ¿Y nosotros?
“Lo he intentado”, reza el
epitafio de Willy Brandt. Considero que sería un epitafio válido también para
Adolfo Suárez.
Ese mensaje implica voluntad y entusiasmo. Sin esos ingredientes
no habría auténtica tentativa. Y ese mensaje implica, a su vez, una imprescindible
y lúcida humildad.
“Lo he intentado” (aquel “Ich habe
es versucht” del canciller alemán) es un epitafio que ahuyenta
tentaciones de soberbia. Un epitafio que no se vanagloria de lo realizado (porque es
consciente de que toca seguir realizándolo); y un epitafio que no incurre en presuntuosas arrogancias (porque
en modo alguno se atribuye la obtención plena de resultados). Ese epitafio
es una lección vital… y una elección ante la vida.
El intento no presume la consecución. Pero lo
que no se ha conseguido en su totalidad no tiene por qué ser un demérito de quien trabajó por
conseguirlo. Lo que dejó de hacerse después (incluso lo que se hizo después para
estropear lo inicialmente hecho) no es culpa de quien comenzó a hacerlo.
Hay muchas cosas de nuestra democracia que requieren mejora. Hay mucha
reconciliación que todavía está por alcanzar. Todo ello es una obviedad. Sin
embargo, justo es reconocerlo: hubo personas que intentaron poner en marcha
el sistema democrático; y hubo personas que trabajaron de forma incansable por afianzar
esa necesaria concordia.
Entre esas personas, lugar bien preferente ocupa Adolfo Suárez: él lo intentó. Décadas después hace falta (mucha falta) que como sociedad estemos dispuestos a seguir intentándolo.
***
artículo también publicado en el blog personal de Tribuna de Salamanca (26-3-2014).
miércoles, 19 de marzo de 2014
Gobernar es fácil con los ojos cerrados
La película de David Trueba (Vivir es fácil con los ojos cerrados) fue la triunfadora en la
última edición de los Premios Goya. Como es sabido, el título emana de una
canción de los Beatles, y parecería que este Gobierno (al igual que Gobiernos
anteriores) siente una asombrosa predilección por el verso de Lennon. La diferencia es tan
atronadora, como musical: los muchachos de Liverpool sonaban muy bien; mientras
que la muchachada de Rajoy escasea de agudos, y desafina con los graves.
Cerrar los ojos ante la realidad
es una actitud muy humana. A veces hasta puede facilitar la vida, como apunta
la canción. El problema tal vez resida en las proporciones, y en la oportunidad,
y en las responsabilidades concretas
de quien ha decidido dar la espalda a los hechos.
No es lo mismo hacer castillos en
el aire, que pretender hospedarse, literalmente, en ellos. No es lo
mismo recurrir a la evasión, que abusar del escapismo. No es lo mismo recurrir
a lo ficticio para oxigenarse de (y comprender mejor) lo real, que apalancarse
en la ensoñación, y ser incapaz de deslindar entre fantasía y realidad.
Y junto a las proporciones y la
oportunidad, también están, decíamos, las responsabilidades de quien ha
decidido el metafórico cierre de ojos. Si
un Gobierno se empeña en mirar para otro lado ante los hechos que le resultan incómodos…
mal vamos. Esa tentación ya ha hecho callo en el duopolio gobernante, y las
legislaturas nos han venido brindando gloriosos ejemplos en los que el
Ejecutivo de turno se resistía a reconocer la obviedad. En ésas que seguimos.
La semana pasada, sin ir más
lejos, Gallardón declaró: “Este Gobierno no ha concedido un solo
indulto por un delito de corrupción”. Le dio a sus palabras un tonito muy
serio, para envolver su mentira de circunspecta afectación. Como los datos oficiales se apresuraron a desmentirle,
y como le debió resultar complicado tener que contradecir al propio BOE que él
mismo había escrito, tuvo que enmendar al día siguiente sus palabras.
Sin embargo, dado que rectificar
es de sabios, Gallardón nos sacó de dudas. Él no anduvo con rectificaciones,
porque él prefiere ir de sobrao. Por
eso balbució unas cuantas ruedas de molino, se empecinó en que el personal tragara
con ellas, y ofreció una absurda explicación, aún más petulante que la primera
tomadura de pelo. Ay, señor Gallardón:
hay que ser muy torpe para creerse tan listo.
Pero en fin, cómo nos va a
extrañar la actitud de ese ministro, si el propio presidente del Gobierno ni
siquiera es capaz de reconocer que ha habido rescate: el sistema financiero fue
intervenido, Europa inyectó más de 40.000 millones de euros, la llamada troika
se instaló en España hasta hace nada, y el Memorandum
of Understanding determinó las condiciones a cumplir. Pues bien, Rajoy no sólo decide cerrar los ojos ante
la innegable evidencia, sino que además adopta el postureo chulesco y despectivo hacia quienes desmontan mediante el
argumento su farsa.
“Debe de ser usted el único español que no sabe que nos han rescatado”,
le tuvo que recordar Rosa Díez (en
el último Debate sobre el Estado de la Nación) a ese airado Rajoy de
maleducados usos parlamentarios. Y éste es sólo un ejemplo: hay otros 40.000 millones de razones que
corroboran los engaños de Rajoy: un
presidente que prefiere cerrar los ojos, antes que afrontar las realidades que
le desagradan, y antes que reconocer la autenticidad… de su falsificación.
Recordemos a
Wislawa Szymborska, y su poema “La
realidad”. Puesto que la poeta polaca no suele aparecer en el Marca, quizá Rajoy no caiga en este
momento: “La realidad no se desvanece /
como se desvanecen los sueños. / Ni ruidos ni timbres / la dispersan, / ni
gritos ni estruendos / la interrumpen”. Y añade esta Nobel de Literatura: “Sin nosotros no habría sueños. / Aquel sin
quien no habría realidad / no es conocido”.
Frente a esos Poderes y Medios que creen manejar la realidad a su antojo, frente a esos Poderes y Medios que aspiran a amordazar, enmascarar, disfrazar, edulcorar o revestir la realidad, frente a todos ellos, Szymborska ofrece su canto: “La realidad no retrocede ni un paso”.
Sí, presidente. Gobernar es fácil con los ojos cerrados. Es más fácil, y mucho más irresponsable, a pesar de que sus coros mediáticos y sus palmeros de partido aplaudan las performances escapistas que practica.
Sí, presidente. Gobernar es fácil con los ojos cerrados. Pero la realidad embarazosa no desaparece por el hecho de que hayamos decidido desatenderla. Lo real no se ahuyenta: nos ahuyentamos nosotros, se ahuyenta nuestra responsabilidad… cuando ignoramos o falsificamos esa realidad con la que tenemos un compromiso.
Sí, presidente. Gobernar es fácil con los ojos cerrados. Pero Szymborska se lo susurra al oído: “No hay escapatoria, / la realidad nos acompaña en cada huida. / Y no hay estación / en nuestro itinerario / en la que no nos espere”.
Frente a esos Poderes y Medios que creen manejar la realidad a su antojo, frente a esos Poderes y Medios que aspiran a amordazar, enmascarar, disfrazar, edulcorar o revestir la realidad, frente a todos ellos, Szymborska ofrece su canto: “La realidad no retrocede ni un paso”.
Sí, presidente. Gobernar es fácil con los ojos cerrados. Es más fácil, y mucho más irresponsable, a pesar de que sus coros mediáticos y sus palmeros de partido aplaudan las performances escapistas que practica.
Sí, presidente. Gobernar es fácil con los ojos cerrados. Pero la realidad embarazosa no desaparece por el hecho de que hayamos decidido desatenderla. Lo real no se ahuyenta: nos ahuyentamos nosotros, se ahuyenta nuestra responsabilidad… cuando ignoramos o falsificamos esa realidad con la que tenemos un compromiso.
Sí, presidente. Gobernar es fácil con los ojos cerrados. Pero Szymborska se lo susurra al oído: “No hay escapatoria, / la realidad nos acompaña en cada huida. / Y no hay estación / en nuestro itinerario / en la que no nos espere”.
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artículo publicado (19-3-2014) en el blog personal de Tribuna de Salamanca.
sábado, 11 de enero de 2014
La Infanta y Palito Ortega
Jesús María Silva es uno de los abogados defensores de la Infanta.
Catedrático además de Derecho Penal, está considerado como un prestigiosísimo
jurista. Bien.
Pero el prestigio también es compatible con el improperio chulesco y chabacano. De ahí las infectas declaraciones con que se
refería al juez Castro, una vez que éste había determinado la imputación de la
Infanta: "Si tantas ganas tiene, si así se va a realizar como persona,
pues igual vamos [a declarar]" (8-1-2014). Es decir, que los 227 folios de auto, el penalista los
despechaba de esa forma: como un caprichoso desahogo del magistrado, ansioso tan
sólo de realización. Vaya, vaya.
Y para darle colofón a la semanita, Silva soflama aquello
tan hermoso de que la Infanta actuó como actuó “por su fe en el matrimonio y el
amor por su marido” (10-1-2014). Ya ven. Tanto prestigio, tanta cátedra, tanto
bufete… y resulta que al reconocido letrado de económicas minutas, el argumentario ya se lo había escrito Palito Ortega: el famoso cantautor del "Yo tengo fe, yo creo en el amor".
***
CODA 1: Comenzábamos diciendo que Silva era uno de los abogados defensores de la Infanta. Hay otros, desde luego. Algunos incluso actúan como si lo fueran, a pesar de que ello supone desnaturalizar la misión que les corresponde. No son hipotéticas suposiciones. Cuando la Agencia Tributaria o la Fiscalía se ejercitan en defensas particulares muy definidas, su papel (el papel institucional que tienen encomendado) degenera en papelón.
CODA 2: La Democracia ha de ser garantista. Por supuesto que sí. Cosa muy distinta es que un malinterpretado garantismo se circunscriba a los privilegios del
establishment. Veamos. El ya condenado Jaume Matas no va a ingresar en prisión, mientras el Gobierno dilucida sobre su
indulto. Dicho de otra forma: el Gobierno escurre el bulto durante un tiempo para disimular la medida de gracia, y Matas, entretanto, está ya tronchándose con la gracieta. Espectacular.
CODA 3: No es ya sólo que el Gobierno otorgue discrecionalmente indultos. Con el indulto preventivo se ha dado un paso más: queda en manos del Gobierno que la sentencia judicial... ni siquiera comience a aplicarse. Fantástico. La presunción de indulto es un vanguardista avance (otro más) en la pisoteada separación de poderes.
CODA 3: No es ya sólo que el Gobierno otorgue discrecionalmente indultos. Con el indulto preventivo se ha dado un paso más: queda en manos del Gobierno que la sentencia judicial... ni siquiera comience a aplicarse. Fantástico. La presunción de indulto es un vanguardista avance (otro más) en la pisoteada separación de poderes.
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artículo también publicado en el blog personal de Tribuna de Salamanca, 15-1-2014.
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