jueves, 31 de marzo de 2011

La tentación de convertir la democracia en cortijo propio

Esta semana se ha puesto en marcha el nuevo gag humorístico de las dos fuerzas mayoritarias. Dado que PSOE y PP habían decidido “reducir el peso de la propaganda” (contengan la risa) para evitar despilfarros electorales (sigan conteniéndola), el duopolio pactó sus apaños. Tenían la trampa... modificaron la ley. Y una vez más, claro, la modificación no buscaba alterar ninguno de los intereses creados.


El bipartidismo ha gastado dinero a manos llenas en una precampaña que han adelantado de fecha. De modo que el hipócrita paripé resulta obvio: PP y PSOE simulan que desean evitar el derroche electorero al que nos tienen acostumbrados… sin acometer ni un solo recorte en sus dispendios. Y es más, todos esos gastos previos (previos al supuesto parón propagandístico que ahora dicen asumir) ni siquiera quedarán contemplados en el presupuesto de campaña. De modo que también así podrán burlar los límites establecidos al respecto.


Y la cosa no queda ahí. El dúo estático de los privilegios también ha querido hacer botín en las televisiones privadas. Como PSOE y PP no quieren dar demagogia sin hilo, además de controlar las televisiones públicas que les pillan al alcance de su arbitrariedad, aspiran a su vez a monopolizar las privadas.


La burda patraña supone que a las televisiones privadas les van asignar el tiempo que deben dedicar a cada partido político (frente el criterio informativo, se obliga a un reparto de tiempos acorde a los resultados obtenidos en los anteriores comicios). Todo ello atenta –nada menos- a derechos y libertades constitucionales: por lo pronto, la “Libertad de expresión” (artículo 20 CE) y el “Derecho de participación” (artículo 23) se ven claramente afectados.


El artículo 20, como es lógico, va ligado al derecho a la información de la ciudadanía y al propio pluralismo político (uno de los “valores superiores” de nuestro Estado de Derecho, tal y como se apunta en el artículo 1 de nuestra Carta Magna). Y el reseñado artículo 23 apunta que los ciudadanos –de manera directa o por medio de representantes- “tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos”. Pues bien, las “condiciones de igualdad” se sintetizan en que un partido como UPyD sin duda se verá perjudicado, puesto que aún no existía cuando se celebraron las últimas elecciones municipales y autonómicas; y en consecuencia, difícilmente pudo concurrir a esas urnas.


Pero ya no es sólo que UPyD haya expresado su comprensible malestar. Asociaciones de periodistas, televisiones privadas, grupos de comunicación (distanciados en múltiples temas, pero coincidentes en éste, como ejemplificarían las cabeceras de El País y El Mundo) han expresado su queja. ¡¡Pero bah, el oligopolio bipartidista está siempre encantado de haberse conocido!!


Ambos partidazos optaron por seguir a Wilde ("La mejor manera de librarme de una tentación es caer en ella"). PP y PSOE -cuando gobernaron por separado a sus anchas- a veces se vieron tentados a convertir la democracia en su cortijo propio y particular. Ahora ya, cada vez más asiduamente, han encontrado la manera de superar esos malos pensamientos. En eso sí trabajan juntos. Para librarse de esas peligrosas tentaciones... han decidido sucumbir a ellas.

lunes, 21 de marzo de 2011

Rarezas nuestras

Como en UPyD somos así de raros y tenemos estas extrañas manías de querer una Justicia independiente… Pues eso: Rosa Díez solicitará en el Congreso que los partidos políticos no elijan al CGPJ.

Ya ven. Creemos en la división de poderes; y pensamos que sin la independencia de la Justicia... no existe democracia. ¡¡¡Rarezas nuestras!!!

Animamos a que PP-PSOE mantengan su costumbre de copiar propuestas UPyDianas. No perdemos la esperanza de que en una de éstas copien algo… y se atrevan a ser consecuentes con lo copiado. Lo primero (copiar) es habitual; lo segundo (ser consecuentes con lo copiado)… lamentablemente es inédito.

Pero en fin. Somos tan raros, ya digo, que no desesperamos. Somos tan raros, que incluso nos atrevemos a soñar una democracia... que haga justicia a su nombre.

sábado, 12 de marzo de 2011

Cuando despertó, el bipartidismo todavía estaba allí

Estaba allí, sí. Estaba y está, negándose a afrontar los desafíos que tiene por delante nuestro sistema democrático. El que pasa por ser el cuento más breve en la historia de la literatura (“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”) encuentra su extrapolación política. Monterroso nos permitirá la licencia.

La sociedad española ha dormido demasiado tiempo. Hemos dejado hacer, más de la cuenta, al dinosaurio de dos cabezas. Dos cabezas (una con forma PP, otra con forma PSOE), pero un mismo corazón electorero, conformando similar mastodonte.

El dinosaurio de dos cabezas siempre ha preferido encontrar a su alrededor una sociedad un tanto adormecida, un tanto aletargada, un tanto anestesiada. El dinosaurio de dos cabezas ha hecho lo posible por propiciar somnolencia a su alrededor, porque la somnolencia, siempre, viene bien a sus manejos.

Entre los méritos que UPyD ha venido corroborando en sus tres años y medio de existencia, quisiera hoy referirme a uno muy sustancial: haber ejercido de despertador. UPyD ha contribuido a que la sociedad se desperece, y sobre el tapete político ha puesto lagunas y deficiencias que (por conveniencia de los mayoritarios) estaban siendo ignoradas. Así se explica que UPyD haya situado el "quizá" delante de nuestras narices.

Cuenta la leyenda, que el soberano de algún remoto país pidió al más sabio de sus conciudadanos que le resumiese su saber en un libro. Este sabio y modesto ciudadano le escribió ese libro; y el rey, a continuación, le siguió formulando peticiones: ahora en un capítulo, luego en un artículo, a continuación en una frase… por último en una palabra, una única palabra. Su sabio interlocutor tuvo que atender la demanda: la palabra elegida fue "quizá".

Para buena parte de la ciudadanía, UPyD representa ese “quizá”: ese aún-es-posible, ese puede-que-estemos-a-tiempo, ese tal-vez-no-sea-demasiado-tarde. Representa el vamos-a-intentarlo. Nadie dice que sea fácil, pero tenemos la oportunidad y el compromiso de intentarlo.

Rosa Díez tiene una particular estima por el epitafio del canciller Willy Brandt: “Lo he intentado” (Ich habe es versucht). Sin duda un hermoso epitafio. El intento implica voluntad, decisión, coraje, determinación, entusiasmo; pero a su vez, también, implica una razonable humildad. Intentarlo no presupone la consecución automática de los objetivos; pero intentarlo de verdad tampoco equivale a desistir antes de tiempo… ni a renunciar en mitad de la contienda.

En UPyD existe ese espíritu de resistencia desde su mismo origen. Y por eso –de cara a las próximas elecciones autonómicas y municipales- toca seguir batallando. Toca recordarle al dinosaurio de dos cabezas, que no estamos dormidos, que no vamos a callarnos, y que no nos vamos a acobardar. [No nos dan miedo etarras y batasunos; no nos da miedo el nacionalismo que pretende erigirse en obligatorio; evidentemente, sólo faltaba, tampoco nos puede dar miedo ese diplodocus bipartidista].

Cuando la ciudadanía despertó... ya no quiso seguir amodorrada. Ojalá.