martes, 3 de marzo de 2015

Hoy todos dicen combatir lo que ayer casi nadie combatió


Las cosas nunca marchan tan sumamente mal… como para que no puedan seguir empeorando. Para que ese deterioro prosiga sólo hace falta algo: cruzarse de brazos. O para ser más precisos, dos opciones ayudan a que el derrumbe continúe: la complicidad con el menoscabo y la indiferencia ante el mismo.

Hasta ayer, como quien dice, muchos seguían celebrando los exitazos del bipartidismo; y otros muchos creían ser apolíticos. Ambas ingenuidades han contribuido a este desbarre político que nos envuelve. Ambas ingenuidades han hecho mucho daño: tanto el haberse engañado con las reiteradas falacias del establishment, como el haberse engañado creyendo que por pasar de la política, la política pasaría de uno.

Las corrupciones y descalabros democráticos están extendidos en toda España. Y Salamanca no es excepción a la regla. Por eso estamos aquí. Porque no basta con la queja y el lamento. Porque no basta con rasgarse vestiduras. Porque no basta con hacer pucheros. Porque no basta con gritarle al televisor.

UPyD nació hace 7 años y medio. Nació porque no nos convencía lo existente, y nació por tener alternativa a la ruina democrática, institucional y económica que ha venido gestándose. Nadie dijo que fuera fácil ser alternativa al duopolio convencional (tan abrumador e incontestable por aquel entonces); y nadie dice que sea fácil ser alternativa al duopolio new age (tan demoscópico y mediático en este ahora). No resultó ni resulta fácil. Ni fácil ni cómodo ni sencillo. Tan sólo es, eso sí, ineludible. Tan sólo es, eso también, nuestro camino.

En UPyD nunca hemos pretendido tener toda la razón. Pero desde luego que tenemos sobradas razones para intentarlo: para intentar la mejora de aquello que a todos nos incumbe; para intentar devolver a la ciudadanía el control sobre sus representantes; y para intentar conseguir, en definitiva, esa regeneración democrática que cada día resulta más prioritaria. 

En estos 7 años y medio de trayectoria, UPyD ha batallado (con tenacidad y prácticamente en solitario) múltiples temas de imperiosa necesidad. Quien pudiera considerar esto como una apreciación subjetiva, que se anime a verificarlo. A cualquiera que se tome la molestia de corroborar o desmentir la afirmación, los hechos le sacarán de dudas.  

UPyD ha dado esa batalla en las instituciones y en los tribunales: el desfalco de las Cajas de Ahorro; la obscenidad de las tarjetas black; el desmán de los aforamientos; la sistémica e impune corrupción; la avalancha de costosas duplicidades; la supresión de órganos superfluos; la ineficiencia e insostenibilidad del modelo territorial; la erosionada división de Poderes; la pisoteada independencia de la Justicia; la lamentable ley electoral; el combate de los privilegios; la erradicación de la pobreza infantil; la desaparición de las Diputaciones; la fusión de Ayuntamientos; el contrato único indefinido; la conveniencia de que Sanidad o Educación sean competencias del Estado (para así proteger la igualdad de los ciudadanos, al margen del lugar en el que vivan); la ley de Segunda Oportunidad (planteada cuando los desahucios todavía no protagonizaban tantos titulares, ni tantas portadas, ni tantos minutos de televisión); y etc, etc, etc.

Un largo etcétera de batallas que UPyD trabaja y ha venido trabajando. Batallas que UPyD ha librado… en casi completa soledad. Batallas que hoy están en boca de muchos, y que hasta ayer casi nadie quiso afrontarlas. Pocos las afrontaban desde la sociedad civil, y fueron menos los que las afrontaron desde dentro de las instituciones. Pocos bregaron alguna de esas batallas por separado, y fueron menos los que bregaron todas ellas en su conjunto. Sin embargo, lo que son las cosas, hoy todos dicen combatir lo que ayer casi nadie combatió.

Ante esas necesidades, UPyD entendió que no sólo servía la protesta, sino que hacían falta propuestas; como hacía falta vigilar al Poder y erradicar sus tentaciones despilfarradoras, clientelares, oscurantistas y despóticas. Al igual que el Congreso de los Diputados sería una Cámara bastante más empobrecedora e ineficaz sin la presencia de UPyD; estamos seguros de que el Ayuntamiento de Salamanca, con UPyD en su seno, será un Consistorio de mayor eficacia, pluralismo, transparencia, supervisión y proximidad

Aquello que acontece en la esfera pública (sea en el ámbito internacional, nacional, autonómico, local) evoluciona de maneras muy diversas. Las cosas nunca marchan tan mal, decíamos al principio, como para que no sean susceptibles de empeorar. Cierto. Pero atrevámonos a verlo de otro modo, que también es igual de veraz: las cosas nunca marchan tan mal… como para que no puedan emprender mejoría.

Hace falta ponerse a ello. ¿Nos ayuda? ¿Nos ayudas?

twitter: @osanchezalonso
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artículo también publicado en el blog personal de Tribuna de Salamanca, 4-3-2015.