El David estaba dentro. Aguardaba escondido en el bloque de
mármol, esperando a que alguien lo rescatase. Y en ésas que llegó Miguel Ángel.
Llegó con su cincel, su martillo y su talento. Y golpe aquí, golpe allá, se puso
a quitar cuanto sobraba… en busca de su empeño.
Por eso crear es quitar cuanto sobra. Y por eso crear es un
proceso de búsqueda. Independientemente de la disciplina artística-cultural
ante la que nos encontremos, eso es crear: quitar la maleza que esconde el
hallazgo, quitar lo sobrante buscando el acierto.
El guionista cinematográfico, el redactor publicitario, el
periodista, el dramaturgo, el novelista, el ensayista, el poeta… se peleará por
cada palabra, tratando de acertar con aquella que corresponde. Y si Juan Ramón
Jiménez apelaba a la “intelijencia” (con jota) para q le diese “el nombre
exacto de las cosas”, Caballero Bonald describió, certero, esa estimulante y
fatigosa lucha: “me he dejado la salud en busca de un adjetivo”.
Si esto ocurre con el lenguaje (desechar y desechar en ese
inmenso mármol del idioma, desechar y
desechar ante esas infinitas posibilidades de combinar cada vocablo), así
ocurre también con el resto de lenguajes:
el musical, el de las artes plásticas, el de las artes escénicas…
No siempre el arte reproduce lo visible. Más bien, como nos
advirtió Paul Klee, “hace visible lo que no lo era”. Y este propósito no cabe
circunscribirlo al sentido de la vista: habrá disciplinas que permitan visualizar aquello que estaba pasando inadvertido, como habrá disciplinas que hagan
audible algo que trasciende a los sonidos. Y así, sucesivamente,
con todo el abanico de percepciones, y con el conjunto de actividades artísticas, intelectuales, creativas... y creadoras.
Como no podía ser de otro modo, también la Restauración
asume esos afanes. También la Restauración se propone quitar cuanto sobra (para
restituir lo que existía); y también la restauración asume ese proceso de
búsqueda (para sacar a la luz aquello que el deterioro o la negligencia habían
ocultado).
Mi felicitación y bienvenida a La Restauroteca: adelante, adelante, adelante.
¡¡¡Todo lo mejor!!!