Hay obras (en cualquier disciplina artística, en muchos
ejercicios profesionales) que cuentan con un nítido valor añadido. Tan nítido y
manifiesto… como inexplicable. He ahí el misterio.
No se trata de comparar una creación reseñable con una
chapuza: eso no entrañaría mayor dificultad. Hablamos de la distinción entre obras
meritorias. Entre obras que, siendo excepcionales todas ellas, resulta que hay
una con un punto más de excepcionalidad.
No es sencillo dar con las razones que justificarían esa
opción (quizá porque a veces no estemos, ni siquiera, ante `razones´). Y desde luego que siempre se colará
un punto de subjetividad a la hora de establecer tal jerarquía. Pero en todo caso, nunca está de más plantearse
algún interrogante a este respecto.
En torno a la indefinible virtud que hace situar una obra
plausible por encima de otra que también lo es; en torno a ese extraño ingrediente,
esa inaprensible ventaja, esa enigmática cosita… reflexionaba Juan Carlos
Ortega, ilustrando su sección con ejemplos musicales (el fragmento corresponde al programa “La Radio de Julia”, Onda Cero, 27-5-1999).
El pasado viernes, el programa de
Julia Otero reparaba sobre ese noséqué que proyecta y sintetiza la belleza. El
gabinete abordaba la imagen personal, la percepción que tenemos de nosotros
mismos… y la percepción que los demás tienen sobre nosotros. Este
gabinete de “Julia en la Onda” (Onda Cero, 18-4-2013) me lleva a rememorar la
reseñada colaboración de casi catorce años antes. Sirva como modesto homenaje ese paralelismo entre el noséqué y la cosita.
Homenaje a la brillantez de sus protagonistas. Y homenaje a la radio
que propicia inquietudes e invita a la pesquisa. Esa radio que resiste frente a tentaciones y amenazas. Esa radio que aún apuesta por macerar reflexión y entretenimiento,
información y compromiso, debate y pluralismo.
No es casualidad que los dos programas citados cuenten con la dirección y presentación de Julia Otero. Hay un algo que también permite (in)explicar la calidad.
No es casualidad que los dos programas citados cuenten con la dirección y presentación de Julia Otero. Hay un algo que también permite (in)explicar la calidad.