sábado, 20 de abril de 2013

Ese algo que (in)explica la calidad


Hay obras (en cualquier disciplina artística, en muchos ejercicios profesionales) que cuentan con un nítido valor añadido. Tan nítido y manifiesto… como inexplicable. He ahí el misterio.

No se trata de comparar una creación reseñable con una chapuza: eso no entrañaría mayor dificultad. Hablamos de la distinción entre obras meritorias. Entre obras que, siendo excepcionales todas ellas, resulta que hay una con un punto más de excepcionalidad.  

No es sencillo dar con las razones que justificarían esa opción (quizá porque a veces no estemos, ni siquiera, ante `razones´). Y desde luego que siempre se colará un punto de subjetividad a la hora de establecer tal jerarquía.  Pero en todo caso, nunca está de más plantearse algún interrogante a este respecto.

En torno a la indefinible virtud que hace situar una obra plausible por encima de otra que también lo es; en torno a ese extraño ingrediente, esa inaprensible ventaja, esa enigmática cosita… reflexionaba Juan Carlos Ortega, ilustrando su sección con ejemplos musicales (el fragmento corresponde al programa “La Radio de Julia”, Onda Cero, 27-5-1999).

El pasado viernes, el programa de Julia Otero reparaba sobre ese noséqué que proyecta y sintetiza la belleza. El gabinete abordaba la imagen personal, la percepción que tenemos de nosotros mismos… y la percepción que los demás tienen sobre nosotros. Este gabinete de “Julia en la Onda” (Onda Cero, 18-4-2013) me lleva a rememorar la reseñada colaboración de casi catorce años antes. Sirva como modesto homenaje ese paralelismo entre el noséqué y la cosita

Homenaje a la brillantez de sus protagonistas. Y homenaje a la radio que propicia inquietudes e invita a la pesquisa. Esa radio que resiste frente a tentaciones y amenazas. Esa radio que aún apuesta por macerar reflexión y entretenimiento, información y compromiso, debate y pluralismo.

No es casualidad que los dos programas citados cuenten con la dirección y presentación de Julia Otero. Hay un algo que también permite (in)explicar la calidad.