Gobierne una u otra cara de la misma
cruz, los engranajes PP-PSOE suelen
reproducir un similar proceso: 1. negar la evidencia; 2. descalificar a
quien la proclama; 3. asumirla cuando ya es tarde (después de haber perdido valioso
tiempo e ingentes recursos); 4. enarbolar airecitos de soberbia, simulando que
es a ellos a quienes se les ha ocurrido la medida.
Esa suele ser la dinámica habitual (y
perfectamente verificable) que sigue el duopolio. Quienes desenmascaran los privilegios de la partitocracia y denuncian
el uso negligente y partidista de las instituciones… pronto encuentran las insidias
y exabruptos del duunvirato. A ese respecto, PP y PSOE sí acostumbran a actuar
con prontitud.
Tenemos un modelo de Estado (con sus
Administraciones central, autonómica, provincial y municipal) de lo más ineficiente
y descabellado. Un modelo de Estado inviable desde el punto de vista político e
insostenible desde el punto de vista económico.
En la reforma estructural de las Administraciones,
y en la inaplazable regeneración democrática, PP y PSOE ejercitan un
desalentador conformismo. Imagino que no será porque no se den cuenta de
aquello que resulta ineludible. Supongo, más bien, que su actitud tendrá otra
causa: no les interesa reformar aquello
que perjudica a sus intereses de partido, a pesar de que así se esté
menoscabando el interés general y la calidad de nuestra democracia.
El Gobierno de Rajoy sigue en esa misma
dinámica. En vez de eliminar el gasto
superfluo para salvaguardar aquello que en verdad sea prioritario, Rajoy
prefiere sostener las redes clientelares y las anquilosadas estructuras del
oligopolio.
Aparte de esas ocurrencias para seguir
asfixiando a la ciudadanía con más carga impositiva, la reforma estructural del
modelo de Estado continúa sin hacerse. En consecuencia, tratar de ahorrar sobre un pozo sin fondo, a nada bueno conduce.
Pero volvamos al arranque. Ilustremos
con un ejemplo ese proceso de reacción
(habitualmente reaccionario) con el que PP y PSOE suelen recibir las propuestas
de reforma… hasta que acaban decidiendo copiarlas.
En el programa marco con el que UPyD
concurrió a las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2011, se
encontraba ya recogida la propuesta de racionalizar los sueldos de alcaldes y
concejales. El propósito era conseguir
que los salarios se ajustasen a unos baremos, para erradicar incomprensibles y
desproporcionadas arbitrariedades: alcaldes con más sueldo que el
presidente del Gobierno, por ejemplo; o alcaldes de un municipio de escasos 2.000
habitantes… ¡¡¡con un sueldo de 50.000 euros brutos anuales!!! (estas cifras no
son política ficción: corresponden al regidor popular de Castellanos de
Moriscos, Agustín Sánchez).
La propuesta de UPyD sobre los
salarios en los Consistorios debió parecerle sensata… ¡¡¡incluso a Rajoy!!! De
modo que la semana pasada, el presidente decidió asumirla (quizá fue el único
acierto que tuvo en su despliegue). Ahora bien, ¿saben cómo esa misma propuesta había sido recibida (hace un mes, en la
Asamblea de Madrid) por los parlamentarios de PP, PSOE e IU?
Pues de la siguiente forma (cfr. vídeo
al final del artículo). El pasado 14 de junio, los diputados del `PPSOIU´ optaron por el insulto, la descalificación,
la ira y el bramido hacia el adversario político que estaba realizando la
propuesta. Otra `ejemplar lección´ de ese tándem… `de tres´ (curiosamente,
IU no siempre renuncia a copiar lo más triste del bodrio bipartidista: entre
otras pruebas, su presencia en las Cajas de Ahorro ha evidenciado el gusto por
participar de tan penosas prebendas).
CODA 1: Ya en julio de 2011,
UPyD Salamanca denunció ante los medios el desorbitado sueldo del alcalde de
Castellanos de Moriscos, como denunció también la incomprensible abstención
del PSOE en ese primer Pleno que fijaba las remuneraciones. Tras aquella
denuncia, Javier Iglesias salió a
justificar con gran entusiasmo a su compañero de partido (recordemos que
Javier Iglesias es presidente del PP de Salamanca, además de alcalde de Ciudad
Rodrigo y presidente de la Diputación de Salamanca).
CODA 2: Si la medida de Rajoy sobre los honorarios de los cargos
públicos sirve para algo, ha de poner de manifiesto la desmesura y
desproporcionalidad de ese alcalde de Castellanos de Moriscos. El señor Iglesias (justificador de lo
injustificable), ¿tendrá la delicadeza de reconocer su error y solicitar alguna
disculpa… o es mucho pedir?
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artículo también publicado en el blog personal de Tribuna de Salamanca, 18-7-2012.