Lloriqueos partidistas
Esto pasa, señor Hernando, cuando se tiene la poca vergüenza de lloriquear en clave partidista. Es decir, lloriquear solo y únicamente cuando se entiende que algo perjudica a las siglas propias.
Lloriqueos interesados en el presente, obviando que, en el pasado, hubo ocasión de trabajar en aras del interés general. Santa Bárbara y los truenos; o como un partido pudo hacer... y decidió no hacerlo.