Hoy
hace 20 años que falleció la grandísima Audrey Hepburn. Audrey estará siempre entre nosotros. Y de justicia es que así sea.
Son muchas las escenas
de sus películas que justifican, siempre, revisitarla. Y más allá de sus personajes, son muchos los valores que proyectó en su firme entrega humanitaria. También ese coraje cívico justificará, de por vida, su memoria.
Imperecedera poesía. Elegante sencillez. Señero ejemplo. Todo ello, sí, se pronuncia Audrey Hepburn.
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CODA 1: A modo de humilde homenaje (y por seleccionar un título que no es de los más habituales a la hora de rememorar su obra), propongo el final de Robin y Marian.
CODA 2: Dentro de los "personajes para el recuerdo" (sección que publicaba hace años en un revista cinematográfica), traté de realizar este pequeño acercamiento al personaje de Sabrina [Pantalla 90, mayo de 2001, pág. 38].