El pasado jueves, una manada de repugnantes asesinos estrenó su particular `video
electoral´. Cualquier partido democrático que hubiese hecho la presentación de
su campaña, jamás habría encontrado esa cobertura mediática que se le brindó a
los terroristas, y desde luego, jamás habría encontrado ese despliegue
institucional y político que se le ofreció a los mozalbetes de la capucha.
He ahí una abyecta lección, antítesis de la sana pedagogía
democrática: respetar las reglas del juego, contribuir a ensanchar el
pluralismo, tratar de responder a las demandas de la ciudadanía y a los retos
que ofrece la coyuntura… pasará fácilmente inadvertido: inadvertido siempre que
no te llames PP-PSOE, e inadvertido si no puedes poner encima de la mesa un
`currículum´ con 857 asesinatos.
El bombo, el platillo, la fanfarria, los pucheritos… nada faltó. Nada faltó para recibir, con desmedido alborozo, algo en lo que faltaba todo. Faltaba la disolución, faltaba la entrega de armas, faltaba ponerse a disposición de la justicia, faltaba el perdón, faltaba el arrepentimiento... A cambio, henchidos de sus `heroicas gestas´, los verdugos hacían apología de su ignominia y se presentaban como interlocutores válidos frente al Estado.
Ya, ya sé. Ya sé que para muchos analistas todo esto es
prescindible. En ciertos análisis, el comunicado es absolutamente histórico y trascendental,
aunque ellos han decidido que se puede prescindir del 95 por ciento del mismo. Desde
esas premisas, lo sustancial es que Eta se ha sacado de la chistera (de la
chistera de su pasamontañas) el archiconocido “cese definitivo de su actividad
armada”.
A muchos con eso les bastó, y con eso parece bastarles. No
deja de ser curioso. Los asesinos (a quienes nunca les ha importado respetar la
vida, la libertad y la democracia) resulta que obligatoriamente van a ser
respetuosos con el diccionario. Y como han escrito en su pasquín “cese
definitivo”… ¡¡¡Ohhh!!! Los `señores terroristas´, cómo no, son intachables hombres
de palabra. Es decir, manzanas traigo: a eso me suena la explicación (sin
pruebas) en que se fundamentan las ensoñadoras expectativas.
Por este camino, puede que no tarden en llegar las
nominaciones para el Príncipe de Asturias de la Concordia, para el Nobel de la
Paz… Todo se andará. Especialmente cuando se ha perdido el rumbo; y cuando se
está dispuesto a seguir la hoja de ruta de los terroristas. Algo que PSOE y PP
no han tenido empacho en aceptar, tal y como denunciaba Rosa Diez el pasadofin de semana.
Lo del PSOE venía ya de atrás. Aquel grimoso `proceso de
paz´ que Zapatero emprendió/prosiguió durante la primera legislatura ya nos
reportó aprendizaje. Desde entonces, con más o menos taquígrafos, la deriva ha
seguido su curso. A modo de ejemplo, por si sirve para ilustrar, les adjunto este artículo: "¿Estábamos sordos, mudos, ciegos"?
Y si es grave que un partido como el PSOE deambule por
laberintos `eguigurenianos´, suicida es que el PP sienta pelusilla por no
moverse en los mismos precipicios. Mariano Rajoy, al valorar el
comunicado, se mostró fervorosamente
`satisfecho´ con la decisión de Eta. Es “una buena noticia” (repitió por dos
veces) y es “una gran noticia”, añadió en su alocución. Y para más inri, Rajoy incorporó
la perla de que el anuncio etarra se había producido “sin ningún tipo de
concesión política”. Poco le ha importado traicionar el discurso que el PP
había mantenido a ese respecto.
Sea por cálculo electoral, sea por estrategia oportunista, sea por irresponsable ignorancia… Qué artero planteamiento. Comenzábamos, en el título, parafraseando el clásico poema número “15” de Neruda. Don Mariano debiera recordar que tras los “Veinte poemas de amor” se encuentra una “canción desesperada”. Y allí, un tajante verso: “Todo en ti fue naufragio”.
Por el bien de todos, señor Rajoy, quizá no debiera
juguetear con la naturaleza profética de algunos cantos.
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Artículo también publicado en el blog personal de Tribuna de Salamanca, 26-10-2011.