“Todos los políticos son iguales”, dice mucha gente. Jamás una simpleza tan grande tuvo tanto predicamento. Hay ciudadanos de a pie que insisten en la cantinela; hay medios de comunicación que propagan el discurso. Así están las cosas, y quizá el ejemplo evidencie realidades: la cultura democrática en España padece gordísimas flaquezas.
La entrada completa (publicada en Tribuna.net el 27-7-2011), aquí.
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