El poder no corrompe: brinda, eso sí, la ocasión de corromperse. No es que el poder corrompiera a Menganito y Citanita. Es que Citanita y Menganito venían ya corruptos. Eran corruptos “en potencia”. Faltaba que lo fuesen “en acto”. Esas cuestiones y la transparente diferencia entre UPyD y el resto a la hora de mostrar sus cuentas… son abordadas en el artículo de esta semana.
La entrada completa (publicada en Tribuna.net el 3-8-2011), aquí.
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