El eufemismo es una figura retórica con su potencial creativo y literario. Sin embargo, cuando cala en la política, su utilización suele ser bastante vergonzosa. No es el único cauce del lenguaje político por el que se nos cuela la manipulación, pero es uno de los más significativos. Las palabras sacarina edulcoran, de forma artificial e interesada, la correspondiente realidad. Artículo publicado en La Gaceta de Salamanca el pasado jueves, 28 de octubre de 2021.
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