lunes, 4 de octubre de 2021

Mi madre

“Un día no serás, y nunca el mundo/ sabrá que pudo ser siempre más bello/ con solo retenerte (…)”, escribió Francisco Brines. Ha fallecido mi madre y, ciertamente, el mundo no sabe que sería más bello con solo haberla retenido. No lo sabe el mundo, pero sí su mundo. Y quienes estáis aquí formabais parte de su mundo. Bien porque la conocíais a ella, bien porque conocéis a mis hermanas, a mis hermanos… Nos conocéis. Y para una madre, quien forma parte de la vida de sus hijos, desde luego que también forma parte de su propia vida. Es verdad que no la hemos podido retener. Pero también es cierto que con las personas queridas no hace falta retención alguna. Las personas queridas nunca se van, porque siempre se quedan: se queda su memoria, se queda su ejemplo, se queda su recuerdo. Mi madre fue luchadora, generosa y alegre. De enorme fortaleza, y de cristalina lucidez. Nos brindó muchas cosas hermosas; nos legó muchas cosas de las que aprender. Y encima hemos tenido el privilegio de que viviera muchos años. Por tanto, más que tristes, creo que es de justicia estar agradecidos. Ella, desde luego, no querría vernos con tristeza. Así que de forma serena, sirvan estas humildes palabras como homenaje, reconocimiento y gratitud hacia una mujer extraordinaria. Y si hablamos de agradecimientos, en mi nombre y en el de mi familia, querríamos también daros las gracias por vuestra presencia, por vuestra compañía y por vuestro cariño: • nuestro agradecimiento a quienes habéis tenido que madrugar hoy mucho para estar aquí. Os habéis hecho un montón de kilómetros para llegar desde Sevilla o desde Vigo. Multitud de kilómetros para darnos un abrazo sincero y cariñoso, y justo a continuación tendréis que poneros otra vez en carretera para regresar a vuestros hogares; • nuestro agradecimiento a quienes estabais más cerca, pero que igualmente habéis interrumpido vuestro domingo para venir a acompañarnos; o para venir a oficiar este funeral; y • nuestro agradecimiento a quienes querrían estar aquí, y no han podido. No están, pero son. Aunque no hayan podido desplazarse desde Australia, Valencia, Guinea, Barcelona o Puerto de Santa María… están a nuestro lado. Y sentimos también cerca a quienes se enteraron tarde, o se toparon con circunstancias que volvieron imposible el desplazamiento. E igualmente sentimos próximos, por supuesto, a quienes nos han vuelto a regalar su impagable amistad, quedándose con Lía y Luca, para que los niños no estuvieran envueltos en las coyunturas que exigía este fin de semana. Gracias de verdad. Gracias de corazón. (*) Despedida en el funeral por Marisol Alonso García, 4-10-2021.