Ayer, en Radio Ecca, me invitaban a analizar la moción de censura que hoy se está presentando en el Congreso de los Diputados. Cinco anotaciones, a modo de síntesis, que resumen algo de lo hablado.
- Quien presenta una moción de censura aspira a ganar (posicionamiento, imagen, liderazgo…), aunque numéricamente sepa que va a perder. Felipe González la perdió en 1980, pero desde luego que ganó... y dos años más tarde lograba en las urnas una rotunda mayoría absoluta.
- Las mociones de censura tienen mucho de escenografía, de performance. El actual auge del espectáculo parlamentario, con todo el apogeo del politainment, contribuye a explicar que en los cuatro últimos años llevamos tres (2017, 2018 y 2020), mientras que en casi cuarenta años solo habíamos tenido dos (1980, 1987).
- Vox es el gran baluarte del actual Gobierno: su mayor sostén. En consecuencia, la actual moción vendrá muy bien a los partidos que conforman la coalición: PSOE y Podemos.
- La moción también vendrá muy bien, no es contradictorio, a Vox. Su moción no es tanto para derribar a un Gobierno, como para erosionar a un adversario político (el PP). De manera que la moción les ayudará a reforzar su discurso, presentándose como "la auténtica alternativa", "la verdadera oposición", quienes no son "la derechita cobarde", etc, etc.
- La bronca política está dentro de las instituciones... y en la propia sociedad civil. Despotricamos mucho de los políticos, pero no son alienígenas: han surgido de esa misma ciudadanía que dice distanciarse de ellos. Y cada pasaje político, por grimoso y bochornoso que sea, encuentra sus respectivos hooligans: esa entusiasta claque que siempre estará dispuesta a justificar a los suyos y a demonizar a los ajenos. Triste, sí, pero constatable.
En este enlace puede escucharse completa la entrevista: http://www2.radioecca.org/.../carta/el-primer-cafe/58169798