Adela Cortina ayudó a popularizar la diferencia entre bienestar y bienser. Esa distinción (abordada en obras como Por una ética del consumo) podría encontrar su proyección sobre otros escenarios. Pongamos un ejemplo.
Reconforta que el buen hacer obtenga su merecido reconocimiento; pero también es de justicia que el buen ser pueda servir de modelo. Hace un año, Eduardo Suárez ganaba el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, y en breve nacerá un proyecto periodístico (El Español) del que es uno de sus principales fundadores.
No voy a reseñar los múltiples méritos que están ya presentes en la trayectoria de este periodista. Hoy tan sólo pretendía referirme a ciertas actitudes: actitudes que no están ligadas a quehaceres del oficio; y que sin embargo forjan la profesionalidad en su máxima expresión.
Conocí a Eduardo Suárez hace ya bastantes años. Él era un
joven universitario que estudiaba Periodismo en Salamanca; y estaba repleto de un inmenso
potencial… que el paso del tiempo ha corroborado. Pero junto a las habilidades
referidas propiamente al hacer, estaban (y siguen estando) destrezas y talentos
que guardan conexión con el ser.
Me limitaré a entresacar un tuit del autor. Sirva como humilde sinécdoque: la parte (esos 140 caracteres) por un todo de mucho mayor alcance. Un tuit que escribió a raíz del reseñado galardón, y que recuerdo haberlo leído con sobrecogimiento (quizá porque cierto trasfondo también me resultase familiar):
Así que aprovechando el aniversario del buen hacer; me parecía de justicia, ya dije, rendir tributo a ese buen ser que completa, perfila, perfecciona y ultima... la añorada profesionalidad.
twitter: @osanchezalonso