“Un buen escritor expresa grandes cosas con pequeñas palabras; a la inversa del mal escritor que dice cosas pequeñas con palabras grandiosas”. La reflexión de Ernesto Sábato resulta extrapolable a la política.
El mal político también recurre a las palabras grandilocuentes para expresar nimiedades, cuando no falsedad. Las “grandes palabras” de algunos son inversamente proporcionales… a su vergüenza.
La entrada completa (publicada en Tribuna.net el 13-7-2011), aquí.
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