domingo, 26 de mayo de 2013

Ménage à trois de PPSOeIU


Amor se escribe sin hache (dijo Jardiel Poncela), e inmovilismo se escribe con PPSOeIU (dice y constata la evidencia). Para más inri, no es extraño que a ese inmovilismo vengan a sumarse, en comandita, patronales y sindicatos. Que nada falte.

El rancio inmovilismo ha vuelto a dejar sus huellas a raíz del contrato único. Como es sabido, la Comisión Europea ha sugerido a España la conveniencia de plantearse el contrato único. Es el tipo de contrato por el que apuesta UPyD: lo llevaba en su programa electoral de 2011, lo ha defendido frente a las reformas laborales de 2010 y 2012… y lo sigue defendiendo

Toda propuesta encuentra sus opositores. Lo irresponsable es oponerse a algo sin haber tenido la voluntad de estudiarlo; u oponerse… pretendiendo engañar sobre lo que en verdad ha sido propuesto. Todo ello (acompañado de estupideces, insultos y descalificaciones) es lo que se ha venido dando frente al contrato único.

Como comentaba, si bienvenida ha de ser la discrepancia, desazonador resulta el inmovilismo. La discrepancia argumentada y racional es enriquecedora; el inmovilismo ignaro y faltón, sumamente retrógrado.

Los exitazos de nuestro mercado laboral son evidentes. Las 41 modalidades de contratación que existen en España, la enorme brecha entre indefinidos y temporales, o los 6´2 millones de parados… son notas que hablan por sí solas de ese escenario dual, precario y fracasado. [Escenario que daña de manera muy especial a los jóvenes. Esos jóvenes que tanto preocupan, de boquilla, a los inmovilistas]. 

Ante los logros del mercado laboral vigente, la respuesta que comparten PP, PSOE, IU, patronales y sindicatos es (voilá) SIGAMOS CON EL MÁS DE LO MISMO. Unos andan con el dime, otros con el direte; pero que nada cambie… para que lo nuestro siga igual. Lampedusa revisitado: así es el gatopardismo ibérico.

Y ahora que está de actualidad Miguel Blesa, merecerá la pena recordar otro chusco y compartido afán inmovilista. La componenda en defensa del statu quo es palpable en el sonrojante espectáculo de las Cajas de Ahorro. Aunque de nuevo aquí las mezquindades son variopintas (cierto empresariado y cierto sindicalismo no escapan a ellas), resulta ilustrativo recordar cómo PP, PSOE e IU se repartían los consejeros en Caja Madrid

Es obvio. IU aprendió pronto las formas de sus hermanos mayores. Por supuesto que su responsabilidad en el destrozo democrático es menor que la de PP y PSOE (IU no ha dispuesto de las amplísimas mayorías parlamentarias de los otros). Sin embargo, allí donde IU ha tenido oportunidad de imitar los usos bipartidistas, ha demostrado ser un muy aplicado alumno (por no hablar de aquellas circunstancias donde estando en el Gobierno, como en Andalucía, incluso se les ha llegado a olvidar su deseo de reformar la ley electoral).

Mucho postureo anticapitalista, mucha cantinela revolucionaria, mucha loa cheguevarista; pero IU no dudó en asumir los patrones de PP y PSOE. Por eso resulta tan enternecedor verles presentarse como alternativa a los mayoritarios. “Si ellos lo hacen”, debieron pensar en IU, “¿por qué no nosotros?” Ese grimoso razonamiento (tantas veces repetido en la vida política española) ha contribuido sobremanera a emponzoñar la democracia que nos envuelve. 
  
Así que estas velas nos alumbran. A la vanguardia (a la vanguardia de la involución), a PPSOEeIU no les tembló el pulso… y menos aún les temblaron los escrúpulos (pocos debían habitarles). Intrépidos aventureros en busca del tesoro, PP, PSOE e IU acabaron con Caja Madrid, sin que lo ocurrido en esa entidad fuera excepción a lo que ha venido siendo regla

Visto el reseñado ménage à trois (tan rebosante de inmovilismo, tan nutrido de establishment), dan muchas ganas de votar. De votar… y de botarles.

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artículo también publicado en el blog personal de Tribuna de Salamanca (22-5-2013).